Ceuta y Melilla viven una nueva jornada de frustración en sus fronteras, donde el régimen de viajeros continúa sin aplicarse de manera efectiva. “No hay viso de que funcione en ambas direcciones. España debería tener el coraje de cerrar el régimen de viajeros hacia Marruecos, como hace Marruecos en sentido contrario”, lamenta Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla.
El problema persiste más allá de las largas colas que se han convertido en rutina. Marruecos sigue limitando severamente el tránsito de compras: cruzar con una bolsa básica de productos implica riesgos de pérdida total, tanto del dinero como de los bienes.
Desde la reapertura de la frontera con imposición de visado, las condiciones no convencen ni a los usuarios ni a los empresarios. “Ni una caja de galletas, nada. Eso es lo que más molesta y provoca crispación”, asegura Alcoba, destacando la imposibilidad de transportar productos desde Ceuta hacia Marruecos, mientras que desde Marruecos sí se puede ingresar libremente hacia las dos ciudades.
Arantxa Campos añade que la situación refleja la falta de voluntad marroquí para cumplir el régimen de viajeros, especialmente en la frontera del Tarajal, normativa clara y aceptada internacionalmente. “Más que avanzar hacia la normalización comercial, Marruecos parece querer ser un vecino poco fiable”, denuncia.
Tras la reciente Reunión de Alto Nivel (RAN), los empresarios siguen esperando una solución que haga efectivo un régimen de viajeros justo y seguro para ambas partes.













