Un trágico incidente ocurrió en la región amazónica de Ucayali, Perú, cuando dos embarcaciones se hundieron en el puerto de Iparia, dejando al menos doce muertos y alrededor de treinta desaparecidos. Este naufragio, que ha conmocionado a la comunidad local, se produjo en la madrugada del lunes, específicamente a las 05:00 hora local.
Según los informes preliminares, el hundimiento de las naves fue causado por un corrimiento de tierra que afectó el área donde estaban amarradas. Las embarcaciones, que pertenecían a distintas comunidades amazónicas, estaban inmovilizadas cuando el deslizamiento de tierra las golpeó, llevándolas a un trágico destino.
El capitán de la Marina, Jonathan Novoa, reveló a la agencia de noticias AFP que hasta el momento se han recuperado nueve cuerpos. Además, la Policía confirmó que entre las víctimas mortales se encuentran varios niños, lo que ha intensificado el dolor y la angustia en la población afectada.
El Ministerio de Salud informó que se han atendido a 20 heridos, de los cuales cuatro continúan hospitalizados y entre ellos hay dos infantes. Este dato resalta la gravedad de la situación, ya que muchos de los sobrevivientes han experimentado lesiones significativas durante el naufragio y el posterior rescate.
Las operaciones de rescate han tenido lugar desde el momento en que se conoció la noticia del accidente. Equipos de búsqueda han logrado localizar con vida a 18 personas, quienes han sido llevadas a centros de atención médica para recibir tratamiento. La presencia de múltiples afectados ha generado un urgente llamado a las autoridades para que se dispongan de más recursos y ayuda para enfrentar esta crisis.
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) ha proporcionado detalles cruciales sobre el suceso, señalando que el deslizamiento fue consecuencia de la erosión de la ribera del río Ucayali. Este fenómeno natural ha sido un tema de preocupación recurrente en la región amazónica, donde los cambios climáticos han afectado la estabilidad del terreno.
Las embarcaciones estaban en funcionamiento regular, transportando pasajeros y mercancías entre diversas localidades a lo largo del río. Una de ellas, identificada como Rápido Oriente, quedó completamente sumergida, mientras que la segunda, Deo Rigo, sufrió daños severos y está siendo evaluada por las autoridades competentes.
A medida que avanzan las investigaciones sobre este accidente, la comunidad se enfrenta a un duro proceso de duelo. La búsqueda de los desaparecidos continúa, y se espera el despliegue de más recursos para intensificar las operaciones de rescate. Este fatídico evento subraya la necesidad de adoptar medidas urgentes para mejorar la seguridad en el transporte fluvial y mitigar el impacto de deslizamientos de tierra en la región.
















