El último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat revela un terremoto político en Catalunya: el PSC se mantiene al frente, ERC asciende a la segunda posición y Aliança Catalana, liderada por la ultraderechista Sílvia Orriols, se dispara, igualando a Junts en la tercera plaza.
El estudio, realizado por Opinòmetre con 2.000 entrevistas entre el 13 de octubre y el 11 de noviembre, muestra un claro desgaste del Govern de Salvador Illa y un vuelco en las fuerzas independentistas. Mientras el PSC retrocede ligeramente, situándose en 38-40 escaños con un 25,7% de los votos, ERC alcanza 22-23 diputados y el 15,6% de apoyo, superando a Junts, que caería a 19-20 parlamentarios y un 13,8% de sufragios.
El ascenso más espectacular es el de Aliança Catalana, que pasaría de 2 a 19-20 escaños y captaría un 12,4% del voto, absorbiendo apoyos de Junts, Vox, PSC, PP y ERC. Según los datos, la fidelidad de sus votantes es la más alta del panorama político catalán: un 87% asegura que repetiría su apoyo, superando incluso al 85% de Vox.
La pugna por la cuarta posición se mantiene muy ajustada entre PP y Vox. Los ultras lograrían un 9,8% y 13-14 representantes, mientras que los populares obtendrían un 9,3% y 12-13 diputados. Los Comuns se mantendrían con seis parlamentarios y la CUP con 3-4.
En términos de voto directo, Orriols adelantaría a Junts y se convertiría en la tercera fuerza en Catalunya, arrebatando a los puigdemontistas la primera posición en Girona y Lleida.
Respecto a la presidencia de la Generalitat, Illa sigue encabezando las preferencias con un 21%, seguido de Puigdemont y Orriols empatados en 8%, y Junqueras en 7%. Gabriel Rufián emerge en quinta posición con un 4%, al alza en intención de voto.
El barómetro también destaca las preocupaciones de los catalanes: el acceso a la vivienda se consolida como el principal problema para el 31% de la población, seguido de la inmigración, que preocupa al 10%. Entre los jóvenes de 25 a 34 años, el problema de la vivienda es aún más acuciante, señalado por un 44%.
Sobre la inmigración, el 68% de los catalanes considera que se ha perdido el control de las entradas, aunque un 60% reconoce su contribución a la economía y un 58% cree que el futuro de Catalunya sería peor sin inmigrantes. Curiosamente, los jóvenes de 18 a 24 años son los más críticos con la inmigración y los menos pesimistas respecto a un futuro sin ella.
El barómetro del CEO revela, en definitiva, un panorama político cambiante y una fuerza emergente que podría reconfigurar el mapa electoral catalán de cara a 2025.










