El Tribunal Supremo ha decidido no admitir a trámite la querella presentada contra el magistrado Andrés Martínez Arrieta. Este juez es conocido por ser el presidente del tribunal que recientemente condenó al ex fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de información privada.
La querella fue interpuesta por el abogado y eurodiputado de los Comuns, Jaume Asens, quien acusaba a Martínez Arrieta de haber desvelado la condena en un acto del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), en el que participaban algunas de las acusaciones particulares del juicio.
La controversia surgió debido a que solo unos días antes de la sentencia, tres magistrados que formaban parte del tribunal que condenó a García Ortiz ofrecieron una charla en la sede de una de las organizaciones de acusaciones, lo que generó sospechas de que pudieran haber influido en el proceso.
La Sala especial del Tribunal Supremo, tras analizar la querella y el informe del Ministerio Fiscal, concluyó que los hechos no constituían delito alguno. De esta manera, se cierra el caso en cuanto a la posible responsabilidad de Martínez Arrieta en la revelación de detalles del fallo.
En su auto, el tribunal también se refirió a la importancia de mantener la confidencialidad de los juicios hasta que se emita un fallo oficial, y la necesidad de evitar cualquier tipo de interferencia en el sistema judicial.
El ex fiscal, García Ortiz, había sido condenado a inhabilitación por un periodo de dos años y multado como resultado de su actuación en relación a ciertos datos confidenciales. La querella presentada contra Martínez Arrieta llegó en medio de un intenso debate sobre la monopolización de la información en casos de alto perfil.
Martínez Arrieta ha sido una figura destacada en varios casos relevantes que han atraído la atención del público y los medios de comunicación. Su papel como presidente del tribunal que juzgó a García Ortiz lo coloca en el centro de una controversia que aborda las restricciones de información en el ámbito jurídico.
Con la inadmisión de la querella, el Tribunal Supremo reafirma su posición sobre las garantías que deben ser respetadas en el ámbito judicial, así como la separación de poderes en el sistema español, que busca evitar que las decisiones judiciales sean influenciadas por presiones externas o políticas.










