El exministro comparte celda con Koldo García y se queja de no poder dormir por el frío y los ronquidos, mientras su familia intenta entregarle la ropa de abrigo siguiendo los estrictos protocolos de la prisión.
José Luis Ábalos, en prisión preventiva en el centro penitenciario de Soto del Real (Madrid), ha alertado a sus familiares del intenso frío que padece en la celda que comparte con Koldo García. El exministro ha solicitado que le envíen ropa térmica y un cuaderno en blanco para poder escribir.
Las temperaturas gélidas de la sierra de Madrid han alcanzado mínimas de un grado en los últimos días, con previsión de nieve para este martes y miércoles en la zona de la prisión. El propio Ábalos hizo alusión a las inclemencias meteorológicas a través de su cuenta de X, gestionada por su entorno, donde escribió: «Mi adaptación está siendo menos traumática de lo que esperaba. Eso sí, aquí hace mucho frío».
El envío de ropa de abrigo
Según la información, Ábalos no preparó una mochila adecuada para el frío, incluyendo solo camisas y vaqueros. Por este motivo, su hijo, Víctor Ábalos, le llevó desde Valencia varios chándales, calcetines, jerséis y zapatillas deportivas de velcro.
Sin embargo, la entrega de estos enseres se ha complicado debido a las normas de la prisión, que establecen horarios específicos para la recepción de paquetes. La pareja de Víctor Ábalos, Andrea de la Torre, ha acudido en dos ocasiones a la prisión para intentar entregarlos sin éxito. Las normas carcelarias solo permiten la entrega de dos bultos al mes, y los enseres deben ser supervisados por el personal.
Dentro de la celda, el exministro se queja de que no puede dormir bien. A la falta de calefacción, se suman las quejas de Ábalos por los ronquidos de su compañero Koldo. En cuanto a comodidades, los presos disponen de almohadas de viaje muy finas, aunque Koldo ha intentado conseguir una manta de mayor peso para usarla como almohada más gruesa.
Adaptación, llamadas y visitas
Tanto Ábalos como Koldo están haciendo «buenas migas» con otros presos. El exministro se ha interesado por las historias de quienes comparten el penal con él. Ambos se están dedicando a hacer deporte y han solicitado libros para leer. En algunos momentos, Ábalos se siente «aliviado» por haberse quitado la presión mediática que sufría en la calle.
En cuanto a las comunicaciones, José Luis Ábalos llama a su familia cada tarde desde un teléfono fijo. Cada llamada tiene una duración limitada a ocho minutos y está supervisada, con posibles interferencias. También puede recibir cartas, que serán leídas por los funcionarios.
En los próximos días, el ex titular de Transportes podrá recibir sus primeras visitas. Durante los tres primeros meses, estas serán a través de un cristal (comunicaciones), con una duración de 40 minutos y supervisadas. Después de ese periodo, podrá acceder a vis a vis en una sala privada, previa autorización y sometiendo a los visitantes a un control de drogas.















