Alemania se prepara para dar la bienvenida a María Kolésnikova y Víctor Babariko, dos de los principales líderes de la oposición bielorrusa que fueron recientemente liberados. Esta medida se produce tras la decisión del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, de indultar a 123 opositores en un contexto de cambios políticos y económicos en la región.
El anuncio fue realizado por el ministro alemán del Interior, Alexander Dobrint, durante una entrevista en la cadena pública ARD. Dobrint expresó que Alemania tiene un gran interés en apoyar el movimiento democrático bielorruso, incluso si sus representantes deben desarrollarse desde el extranjero. «Hoy acogeremos a dos de los más destacados políticos de la oposición que estuvieron encarcelados», afirmó el ministro.
El contexto de esta liberación está marcado por la reciente retirada de sanciones por parte de Estados Unidos sobre el mineral de potasa bielorruso, bajo la orden del presidente Donald Trump. Este levantamiento de sanciones parece haber influido en la decisión del régimen de Lukashenko para liberar a algunos opositores, incluyendo a Kolésnikova y Babariko.
María Kolésnikova ha sido un símbolo clave en las masivas protestas contra el régimen de Lukashenko, que estallaron en agosto de 2020 tras lo que muchos consideran un fraude electoral. Conocida como «el corazón» de las manifestaciones, Kolésnikova fue detenida tras una dramática confrontación con las autoridades, donde se negó a ser deportada y terminó rompiendo su pasaporte para evitarlo.
En el caso de Víctor Babariko, su detención ocurrió antes de que pudiera registrar su candidatura presidencial en las elecciones donde Lukashenko fue declarado ganador con un 80% de los votos, una cifra considerada como un fraude electoral por muchos observadores internacionales y por la oposición bielorrusa.
Ambos líderes opositores han enfrentado severas condenas por parte del sistema judicial de Bielorrusia. Kolésnikova fue sentenciada a 11 años de prisión por cargos de extremismo y conspiración, mientras que Babariko recibió una condena de 14 años por supuestos delitos de corrupción.
La situación de los opositores bielorrusos es un reflejo de la represión política que ha caracterizado al régimen de Lukashenko en los últimos años. A pesar de la violencia y la represión, el movimiento de oposición ha continuado luchando por la democracia y la libertad en Bielorrusia, algo que ha llevado a la comunidad internacional a condenar las acciones del gobierno bielorruso.
A horas de la liberación de estos líderes, otros opositores también fueron trasladados a países vecinos como Ucrania y Lituania, en lo que parece ser un intento del régimen de Lukashenko de apaciguar la presión internacional, al tiempo que se mantiene firme en su control sobre el país.
















