El Gobierno de Estados Unidos ha tomado una decisión contundente al prohibir la entrada al país a cinco ciudadanos europeos, a quienes acusa de coaccionar a plataformas digitales estadounidenses para que censuren y desmoneticen agendas y puntos de vista que no coinciden con los suyos. Este anuncio refleja una creciente preocupación por lo que Washington considera un ataque a la libertad de expresión y a la soberanía de las plataformas digitales.
Este comunicado fue emitido por el Departamento de Estado, que establece que estas acciones son parte de un esfuerzo mayor por combatir lo que ha denominado «complejo industrial de la censura global». La administración ha sido clara al señalar que estos individuos han promovido actividades que van en contra de las libertades fundamentales que defienden los Estados Unidos, como lo es la libre expresión de ideas, a quienes considera «activistas radicales y ONG armadas».
Entre los cinco europeos sancionados se encuentra Thierry Breton, quien fue comisionado de Mercado Interior de la Unión Europea entre 2019 y 2024. Breton ha sido un defensor de regulaciones que buscan limitar la desinformación en plataformas web como X, Meta y TikTok. Su inclusión en la lista de sancionados destaca la animosidad que existe entre esta administración estadounidense y la manera en que Europa gestiona la regulación de contenidos digitales.
Otro de los individuos sancionados es el británico Imran Ahmed, director del Center for Countering Digital Hate (CCDH). Esta organización tiene como objetivo combatir el odio y la desinformación en el ámbito digital. La inclusión de Ahmed en esta lista refuerza las tensiones entre las políticas europeas y las estadounidenses sobre la regulación de contenido en línea.
El Secretario de Estado, Marco Rubio, dejó en claro que la administración Trump «ya no tolerará estos actos atroces de censura extraterritorial». En su declaración, Rubio argumentó que, durante demasiado tiempo, los ideólogos europeos han intentado presionar a las plataformas digitales estadounidenses para silenciar opiniones que no les agradan, distorsionando así el principio fundamental de libertad de expresión que es preciado en Estados Unidos.
Este anuncio se produce justo semanas después de que la Comisión Europea impusiera una multa significativa a X, propiedad de Elon Musk, ascendiendo a 130 millones de euros por infracciones relacionadas con la falta de transparencia en sus operaciones. Rubio calificó esta sanción como un «ataque al pueblo estadounidense por parte de gobiernos extranjeros», sugiriendo que tales medidas son intentos directos de manipular y controlar el discurso público que se lleva a cabo en estas plataformas.
La política estadounidense, bajo la administración actual, ha mostrado un enfoque claro en la defensa de lo que se considera un marco democrático frente a lo que se percibe como agresiones externas a la libertad de expresión. En este contexto, la regulación de las redes sociales, aunque defendida como una medida contra la desinformación y el discurso de odio, se ha planteado como un medio de censura no aceptable desde la perspectiva estadounidense.
La prohibición de estas cinco personalidades resuena como una declaración de que Estados Unidos está dispuesto a enfrentarse a lo que considera una amenaza a sus valores democráticos, estableciendo un precedente para futuros enfrentamientos sobre la regulación del contenido en línea y las libertades digitales a nivel global.

















