El Senado de Brasil ha tomado una decisión trascendental al aprobar un proyecto de ley que busca reducir las penas del expresidente Jair Bolsonaro, condenado a 27 años de prisión por su participación en la conspiración golpista tras las elecciones de 2022.
Este proyecto, el cual ya había pasado por la Cámara de Diputados la semana anterior, se aprobó con un resultado de 48 votos a favor y 25 en contra, y ahora será enviado para la sanción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El proceso legislativo comenzó con la aprobación en la Comisión de Constitución y Justicia del Senado, donde obtuvo un apoyo mayoritario, 17 votos a favor frente a siete en contra. Posteriormente, la propuesta fue presentada al plenario de la Cámara alta para su aprobación final.
Bolsonaro, quien fue condenado en septiembre por la Corte Suprema por intento de golpe de Estado, podría abandonar el régimen cerrado en poco más de dos años. Sin embargo, después de ese tiempo, seguiría bajo un régimen de semi-libertad, teniendo que pasar las noches en prisión y los fines de semana recluido, según lo determinaría la Justicia.
A pesar de la aprobación del proyecto, algunos legisladores críticos advirtieron que podría interferir con sentencias ya establecidas por la Corte Suprema e incluso beneficiar a otros condenados por delitos graves. No obstante, se introdujo una enmienda durante el debate para limitar los beneficiarios del proyecto a aquellos involucrados específicamente en los actos de golpismo posteriores a las elecciones.
El presidente Lula da Silva ya ha manifestado su intención de vetar el proyecto si éste llega a su escritorio, afirmando que Bolsonaro debe ser responsable por su intento de desestabilizar la democracia brasileña. Así, el presidente ha dejado claro que tomará una decisión firme en caso de recibir el texto.
Si Lula decide vetar el proyecto, el Congreso Nacional tiene la facultad de anular dicho veto, permitiendo que el proyecto se convierta en ley sin la firma del mandatario. Esto resulta ser un punto decisivo en un contexto político ya polarizado.
Según el nuevo proyecto, se establece que no se acumularán las penas de dos de los delitos por los cuales fue condenado Bolsonaro: el intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho y el golpe de Estado. Así, solo se aplicará la pena más severa, que en este caso corresponde al golpe de Estado, con un máximo de doce años de prisión.
El Tribunal Supremo de Brasil, por su parte, ha comenzado a dictar sentencias severas a otros implicados en la trama golpista. Recientemente, se condenó a penas que oscilan entre ocho y 26 años de cárcel a varios actores clave del complot, incluyendo a un general retirado del Ejército y a altos funcionarios de seguridad.
Este conjunto de eventos refleja una lucha mayor en la política brasileña, donde el camino hacia la justicia y la restauración de la democracia sigue siendo complicado y lleno de traiciones e incertidumbres. El futuro de la legislación sobre las penas de Bolsonaro, así como la respuesta de Lula, son solo algunos de los muchos aspectos a seguir en este proceso en evolución.
















