El PSOE defendió que el exministro dejó la militancia en febrero de 2024, pero la expulsión formal se demoró 16 meses, coincidiendo con la investigación de la UCO y el acelerado deterioro de su relación con Moncloa.
La versión oficial del PSOE sobre la ruptura con José Luis Ábalos choca con la cronología administrativa interna del partido. La dirección de Ferraz ha insistido reiteradamente en que el exministro dejó de ser militante en febrero de 2024, tras el estallido del caso Koldo. Sin embargo, la documentación del propio partido revela que el expediente disciplinario no fue cerrado de manera definitiva hasta junio de 2025, 16 meses después.
Este desfase temporal es relevante en el momento actual, con Ábalos en prisión preventiva y la Fiscalía solicitando una dura pena. El partido necesita demostrar un rigor estatutario que queda en entredicho por la tardanza.
Cronología del desfase administrativo
La secuencia de la ruptura comenzó en febrero de 2024 cuando la Ejecutiva del PSOE suspendió cautelarmente de militancia a Ábalos tras negarse a entregar su acta de diputado y pasar al Grupo Mixto del Congreso.
En ese momento, el partido reconoció que el expediente sancionador quedaba listo para culminar «en las próximas semanas». Sin embargo:
• El instructor no cerró el expediente hasta junio de 2025.
• La Ejecutiva Federal no lo aprobó definitivamente hasta su reunión posterior al informe de la UCO que señalaba a Santos Cerdán.
Esta demora convierte la afirmación de que Ábalos llevaba «más de un año y medio» fuera del partido en una declaración política, pero no en un hecho administrativo consumado. Ábalos no militaba políticamente, pero sí orgánicamente, hasta que Ferraz consideró que era el momento «prudente» de cerrar la carpeta, una decisión que, según fuentes socialistas, no fue intencionada, pero coincidió con la investigación de la Guardia Civil sobre Cerdán.
El hijo de Ábalos: «Ahora me toca a mí tirar de la manta»
La incomodidad de Ferraz aumenta con la irrupción pública de Víctor Ábalos, hijo del exministro, quien ha asumido la voz de su padre tras el ingreso en prisión.
En una entrevista, el hijo de Ábalos se autodefine como «efecto colateral» y promete detalles sobre episodios internos del Gobierno, incluyendo presiones en los rescates de Plus Ultra y Air Europa, una supuesta reunión entre Sánchez y Otegi y el papel decisivo que tuvo Begoña en la ruptura entre el exministro y el presidente.
El mensaje más directo que resuena en Ferraz es su advertencia: «Ahora que mi padre no puede, me toca a mí tirar de la manta».
Ante esta situación, la dirección socialista insiste en marcar distancias, verbalizadas por la portavoz Montse Mínguez: «No nos vamos a dejar chantajear por nadie». El ingreso en prisión de Ábalos ha devuelto al primer plano la turbulenta relación que terminó abruptamente en 2021, dejando a la dirección del PSOE sin una justificación clara de por qué tardó tanto en cerrar el expediente de quien fue el núcleo del proyecto sanchista.












