Agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil localizaron este martes el cadáver de un inmigrante subsahariano en aguas de Ceuta, a la altura del Sarchal. El fallecido portaba un traje de neopreno y un flotador, elementos habitualmente utilizados para intentar el cruce marítimo.
El hallazgo se produjo apenas 24 horas después de que fuera encontrado el cuerpo sin vida de otro joven de origen subsahariano en la zona de Calamocarro, que presentaba características similares. Con esta última localización, ascienden ya a 46 los inmigrantes fallecidos en el mar en Ceuta en lo que va de 2025, una cifra sin precedentes.
El aviso sobre la posible presencia de un cuerpo en el agua se recibió alrededor de las 19:00 horas. Hasta el lugar se desplazaron efectivos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, quienes confirmaron el hallazgo y activaron a los GEAS. Fueron estos últimos los encargados de recuperar el cadáver y trasladarlo a la base del Servicio Marítimo situada en el puerto pesquero.
Un balance trágico al cierre del año
El año 2025, a punto de concluir, deja un balance especialmente dramático en lo que respecta a la inmigración irregular por vía marítima. La mayoría de los fallecidos han sido de origen marroquí o argelino, aunque los tres cuerpos localizados durante el mes de diciembre corresponden a inmigrantes subsaharianos.
Se trata de un colectivo que, por lo general, intenta acceder a Ceuta a través de la valla fronteriza y no por mar, debido a sus limitados conocimientos de natación. Sin embargo, la coincidencia en el origen y las circunstancias de los tres últimos fallecimientos hace sospechar que fueron inducidos a realizar el cruce marítimo, con un desenlace fatal.
Investigación e identificación
El cuerpo ha quedado bajo custodia de los agentes del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil, adscritos a la Policía Judicial, que se encargarán de las labores de identificación. Aunque en muchos casos resulta imposible determinar la identidad de los fallecidos, en ocasiones se logra gracias a denuncias posteriores de familiares y a la toma y comparación de muestras de ADN.
La tragedia vuelve a poner de relieve el riesgo extremo al que se enfrentan quienes intentan alcanzar las costas ceutíes por mar.


















