El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha concedido una serie de entrevistas a medios de comunicación, destacando su conversación en el programa Cafè d’Idees de TVE. Esta entrevista surge tras la ruptura de relaciones entre Junts y el PSOE, así como la situación delicada del ex secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, quien se encuentra en prisión preventiva.
Sánchez ha aprovechado esta oportunidad para abordar varios temas relevantes de la actualidad política, comenzando por la importancia de la crisis política ocasionada por Junts. «No restamos importancia a la crisis política que ha abierto Junts», afirmó, reconociendo incluso la existencia de incumplimientos de los acuerdos establecidos.
El mandatario asumió responsabilidades y se comprometió a tomar medidas para satisfacer las demandas de Junts. Anunció la aprobación de un real decreto en el próximo Consejo de Ministros para abordar las necesidades planteadas por la formación catalana.
Uno de los puntos más destacados de la entrevista fue su referencia a Carles Puigdemont, asegurando que «esperamos que pueda volver pronto» a España. Sánchez argumentó que la ley de amnistía, que se encuentra en sus tramos finales de aprobación, es crucial para la normalización de la situación en Cataluña y para el regreso del ex presidente.
En relación a una posible reunión con Puigdemont, el presidente se mostró positivo, afirmando que «esa foto se producirá», aunque actualmente los canales de diálogo con Junts parecen estar cerrados. Se mostró optimista sobre la futura normalización de las relaciones con las fuerzas políticas catalanas.
Al ser confrontado con las acusaciones de Ábalos, quien lo calificó como un «gran desconocido» en su vida personal, Sánchez respondió que no comparte las insinuaciones de su excolaborador y criticó las mentiras que se han vertido en torno a su figura y su gestión.
En cuanto al contexto de corrupción que ha afectado a miembros de su partido, Sánchez sostuvo que ha actuado con contundencia, subrayando la rápida separación de implicados y el fortalecimiento de los mecanismos de control en el PSOE. «He asumido responsabilidades», declaró, remarcando su compromiso a la transparencia y la ética en la política.
Finalmente, Sánchez se refirió a la situación del Partido Popular, manifestando que su discurso se ha alineado cada vez más con los planteamientos de la ultraderecha. Criticó duramente a su líder y la falta de coherencia en el manejo de la corrupción dentro de su entorno, comparando sus prácticas con las del actual Gobierno.














