La líder opositora venezolana, María Corina Machado, sufrió la fractura de una vértebra durante el trayecto de su salida clandestina de Venezuela la semana pasada, que realizó para poder acudir a Oslo (Noruega) a recoger el premio Nobel de la Paz. Machado, cuya lesión fue confirmada por su portavoz, Magalli Meda, está recibiendo tratamiento en el Hospital Universitario de Ullevål en Oslo, prolongando su estancia en el país nórdico mientras espera recomendaciones médicas.
Lesión en condiciones adversas
La lesión se produjo durante la travesía por mar realizada en una pequeña embarcación que Machado abordó el pasado lunes para abandonar el país. El viaje, que duró más de cinco horas, se llevó a cabo en condiciones adversas, con fuertes vientos y oleaje que causaron la fractura de una vértebra a la dirigente, además de otras lesiones menores por las que también ha sido atendida.
A pesar de la lesión y su deseo de volver cuanto antes a Venezuela, Machado se ha mantenido activa en Noruega, haciendo un llamado a la comunidad internacional para que «multiplique la presión» sobre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Sin expresarse sobre una hipotética operación militar estadounidense en suelo venezolano, estimó que «para mantener la libertad y alcanzarla, se necesita fuerza», pues «lo contrario sería la paz de los muertos».
Posición ante la intervención militar y el crimen organizado
En una entrevista con la cadena estadounidense CBS, Machado abordó las recientes amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la posibilidad de extender las operaciones militares antidroga a territorio venezolano.
La líder opositora aseguró que la oposición venezolana no está en lo más mínimo relacionada con esta cuestión. «Ni estamos involucrados, ni nos involucraremos, en las políticas de seguridad nacional de otra nación», indicó, aludiendo a que esta semana ha recibido el galardón en Oslo.
En cualquier caso, Machado descartó la posibilidad de una «guerra civil» en Venezuela, asegurando que la sociedad venezolana es «la más cohesionada de la región». Describió al Gobierno de Maduro como un régimen delictivo que ha transformado el país en «un refugio para el crimen internacional y las actividades terroristas». Mencionó la presencia de Rusia, Irán, Cuba, Hezbolá, Hamás, la guerrilla colombiana y los cárteles de la droga que operan libremente en colaboración con el régimen.
«Como toda estructura criminal, sufre cuando se interrumpen los flujos de sus actividades delictivas», remachó en una declaración de respaldo a las operaciones norteamericanas. Indicó que era «fundamental aplicar la ley, y lo llevamos pidiendo durante años, y por fin está sucediendo. Por eso creo que el régimen tiene los días contados».
















