Diez días después de la aprobación de los presupuestos de Ceuta para 2026, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, defendió el respaldo de los diputados no adscritos como un mecanismo legítimo para garantizar la gobernabilidad y evitar el bloqueo institucional.
En declaraciones a los periodistas, Vivas explicó que la figura del diputado no adscrito está contemplada en el reglamento de la Asamblea y en la legislación vigente. “Los contactos mantenidos con ellos se han centrado únicamente en cuestiones políticas, siempre dentro de la ley y pensando en el interés general”, señaló.
El presidente agradeció explícitamente el apoyo recibido: “A aquellos diputados no adscritos que, por razones políticas, han aprobado el presupuesto de la Asamblea, les estamos reconocidos. Se lo agradecemos”, afirmó. Vivas contrapuso la posibilidad de un bloqueo institucional frente a la continuidad de la acción de gobierno: “Entre paralizar la institución o permitir que funcione y cumpla con sus servicios, creo que esta opción es preferible”, sostuvo.
Respecto a que todos los grupos de la oposición hayan votado en contra de las cuentas, el jefe del Ejecutivo evitó la confrontación directa y manifestó su respeto por la decisión: “Es una posición política respetable, pero que afortunadamente no paraliza la vida de la gente”.
El debate llega en un momento de reconfiguración del mapa político en la Asamblea. Carlos Verdejo, exmiembro de Vox, ha anunciado su paso a diputado no adscrito, y Mohamed Ali Duas, hasta ahora en MDyC, planea alejarse temporalmente de su grupo. Ante la posibilidad de que los no adscritos lleguen a seis de los 25 diputados, Vivas recalcó que “eso no soy yo el artífice” y que corresponde a los partidos y a los propios diputados decidir su situación.
Al ser preguntado sobre si prefiere gobernar con el apoyo de no adscritos o con otros partidos, Vivas fue contundente: “No prefiero una u otra situación. La prioridad es la gobernabilidad”. Con esta afirmación, el presidente cerró filas en torno a su objetivo de garantizar que la Asamblea funcione sin interrupciones, más allá del ruido político.

















