En las pistas donde comenzó su leyenda, Carlos Alcaraz ha dado por finalizada la primera semana de su nueva era deportiva. Tras la inesperada noticia de su separación profesional de Juan Carlos Ferrero, el número uno del mundo ha elegido el silencio mediático y la acción en pista para demostrar que el proyecto sigue más vivo que nunca.
La pretemporada en Murcia ha servido para asentar las bases de lo que será el asalto al Open de Australia 2026, bajo una transición que el equipo quiere proyectar como «ordenada y continuista».
Samuel López toma el timón
La figura de Samuel López, hasta ahora segundo entrenador, ha emergido como el líder técnico de esta etapa. Aunque una publicación inicial en redes sociales fue borrada posteriormente por prudencia, el mensaje quedó claro: ilusión, ambición y unidad.
• El núcleo duro permanece: Alrededor del tenista murciano se mantiene el círculo de confianza de siempre. Alberto Lledó (preparador físico), Juanjo Moreno (fisioterapeuta) y su agente Albert Molina han estado presentes en cada sesión, reforzando la idea de que la estructura del equipo no ha sufrido una ruptura, sino un relevo en la dirección.
• Entrenamientos de élite: Las sesiones en pista dura han contado con invitados de primer nivel, como el italiano Flavio Cobolli, para simular la intensidad que Alcaraz se encontrará en Melbourne el próximo mes de enero.
Un mensaje grabado en la piel
Más allá de la raqueta, Alcaraz ha querido cerrar simbólicamente su gran año con un gesto que ya es tradición en su carrera. El tenista ha pasado por las manos de su tatuador de confianza, Ganga, para inmortalizar su último éxito en Nueva York.
1. El diseño: La parte posterior de su brazo izquierdo luce ahora la Estatua de la Libertad y el Puente de Brooklyn.
2. El significado: Este tatuaje cumple la promesa realizada tras ganar el US Open hace tres meses. En una semana de dudas externas sobre su futuro tras dejar a Ferrero, Alcaraz responde reafirmando sus logros y su identidad.
Objetivo: El Grand Slam que falta
La pretemporada está totalmente enfocada al cemento australiano. Las imágenes de los entrenamientos muestran cajas de pelotas oficiales del Open de Australia 2026, dejando claro que el único «Grande» que falta en la vitrina del murciano es la prioridad absoluta.
Mientras el mundo del tenis aún analiza los motivos del divorcio deportivo con Ferrero, Alcaraz prefiere hablar en la pista. Con Samuel López al mando, el jugador transmite una imagen de serenidad y foco absoluto, demostrando que, aunque cambie el entrenador, el hambre de gloria sigue intacta.


















