El apoyo de los jóvenes al independentismo ha experimentado un descenso significativo desde 2017, según los últimos estudios sociológicos. Actualmente, apenas un 25% de los jóvenes encuestados considera preferible que Cataluña se convierta en un estado independiente, lo que representa una caída de 20 puntos respecto a los datos de hace seis años.
Los expertos atribuyen este cambio a factores como la evolución del contexto político, el impacto económico y social del debate sobre la independencia, así como a un mayor enfoque de los jóvenes en cuestiones de empleo, educación y movilidad.
Este descenso refleja una transformación en las prioridades de la juventud, que parece inclinarse cada vez más hacia modelos de convivencia y cooperación dentro del marco del Estado español, dejando atrás la opción de un secesionismo activo.












