A estas horas, mientras los ecos de los pitos aún resuenan en las gradas del remodelado Santiago Bernabéu, Vinicius Júnior descansa en Dubái hasta que el Real Madrid retome los entrenamientos a finales de año. Desde la salida de Ancelotti, la situación del brasileño, ídolo de la afición en las dos últimas Champions, se ha complicado: cuestionado por su actitud y por un bache de rendimiento, Vinicius aún digiere la fuerte pitada que recibió cuando fue sustituido a diez minutos del descanso en el duelo ante el Sevilla, partido en el que portó el brazalete de capitán.
El cambio realizado por Xabi Alonso frente al Sevilla, dejando en el campo a Mbappé y Rodrygo, expuso al jugador a la opinión del público. A pesar de ello, Vinicius mostró su profesionalidad y volvió a abrazar al técnico tras el partido, tal como había sucedido en encuentros anteriores.
En rueda de prensa, Xabi Alonso evitó salir en defensa de Vinicius cuando fue preguntado en dos ocasiones por la reacción de la afición. “El público es soberano”, se limitó a declarar, cambiando luego de tema sin referirse directamente al brasileño. En la segunda intervención, el técnico aseguró que el asunto no se había tratado en el vestuario antes de las vacaciones.
Mientras tanto, Vinicius aprovecha sus días de descanso para recuperarse y preparar la segunda parte de la temporada, consciente de que deberá volver a su mejor versión justo antes del Mundial y de los compromisos decisivos con el Real Madrid.














