Ha finalizado la segunda jornada del juicio contra el ex profesor de los Agustinos con la intervención de un guardia civil y las declaraciones de varios testigos. En esta última intervención el agente ha defendido la cadena de custodia de las pruebas, así como el tratamiento de las mismas, mientras que la Defensa ha intentado buscar alguna negligencia para invalidarlas
Cerca de las 20:00 horas de la tarde de este martes, 11 de enero, tocaba el turno de declaración de los seis guardias civiles convocados a testificar en el juicio contra el ex profesor A.D.B. del colegio concertado San Agustín de la ciudad autónoma de Ceuta, acusado de varios delitos entre los que se encuentra el abuso sexual, inducción a la prostitución y tenencia y elaboración de pornografía infantil de al menos 17 de sus alumnos menores de edad desde el año 2003, por los que se enfrenta a más de 50 años de prisión.
La operación desarrollada por la brigada de la Policía Científica de la Guardia Civil de la Comandancia de Ceuta, denominada ‘Operación Pretium’, hallaba indicios claros de la comisión de estos delitos por parte del ahora ex profesor, sentado en el banquillo.
Uno de los agentes del Instituto Armado que intervino en la entrada y registro del domicilio del acusado buscando efectos de pornografía infantil cuenta que fueron “recabando efectos como un teléfono móvil, pen drives, tarjetas, cámaras de fotos, tres tablets, ordenadores, y fotografías”, trasladándolas para ser investigadas.
Había un ordenador Imac en su dormitorio, que tenía claves para entrar las cuales fueron aportadas por el propio acusado al agente in situ. En el ordenador se encontraron fotografías de menores y a partir de ahí el instructor ordenó que pasase a ser una prueba para ser transportadas hasta la Comandancia y analizada.
Bolsas de evidencias
Las bolsas en las que se guardaban las pruebas quedaban custodiadas por la Guardia Civil, hasta que el instructor ordenaba el volcado de las imágenes contenidas en los pen drives y en las columnas de CD’s en sede judicial; mientras que las tablets y los móviles fueron trasladados a Madrid por el propio agente para su análisis y el ordenador se analizó posteriormente por la falta de un programa para hacerlo con Mac.
La cadena de custodia
El agente de la Benemérita ha declarado que “la cadena de custodia es un documento que hacemos para que se sepa si alguien lo ha manipulado o no, pero los efectos intervenidos en ningún momento pasan a otras personas, solo los clono yo y los meto en otra bolsa. La custodia la tengo yo en todo momento”.
La Defensa busca negligencias
El abogado de la defensa ha intentado realizar preguntas para detectar alguna negligencia en el trabajo de los guardias civiles durante la investigación que pudiera llevar a la nulidad de las pruebas. El agente ha detallado con pocas dudas cómo fue la entrada y registro en el domicilio del acusado. En el acta elaborado posteriormente indica que “reconoce atracción sexual por menores”, por lo que vio en la casa y los efectos del acusado, no porque se lo dijera.
Sobre las bolsas donde se encontraban las pruebas, el funcionario de las fuerzas de seguridad del Estado ha precisado también cómo eran y el proceso de custodia, transporte y análisis de las pruebas a preguntas del letrado.
Imágenes borradas
Muchas de las imágenes que obtuvieron durante la investigación en el teléfono móvil y otros dispositivos del acusado habían sido borradas y recuperadas por la Guardia Civil.
El juicio continuará este miércoles con las declaraciones del resto de guardias civiles, peritos judicial y el acusado.
