Marc-André ter Stegen ha regresado a la dinámica del primer equipo tras superar su lesión y ya ha entrado en varias convocatorias de Hansi Flick. Sin embargo, su futuro en el Barcelona sigue en el aire. Aunque el alemán desea competir por un puesto, es plenamente consciente de que, en la situación actual, no tendrá minutos salvo que se produzcan lesiones.
El mensaje del entrenador hace unos días fue tan claro como contundente: “Para mí, el número uno es Joan García”. Con esa declaración, Flick dejó sin espacio a cualquier interpretación. Ter Stegen, relegado al banquillo, debe ahora decidir cuál será su próximo paso, y en el club esperan que mueva ficha para facilitar su salida.
Una venta, prácticamente imposible
En el Barça están convencidos de que una transferencia en enero es inviable. Ningún club está dispuesto a pagar un traspaso significativo por un portero que llega tras encadenar dos lesiones y que lleva meses sin continuidad. Su valor de mercado, según Transfermarkt, ronda actualmente los ocho millones de euros, muy lejos de lo que fue en su momento.
A esta situación se suma su elevada ficha, un obstáculo añadido para cualquier operación. Ningún equipo está dispuesto a asumir el coste completo, especialmente sin garantías de que el guardameta haya recuperado su mejor nivel. Por ello, el Barcelona descarta totalmente la venta.
La cesión, única vía realista
La única opción que contempla el club es una cesión, asumiendo buena parte del salario del jugador. Lo consideran una inversión necesaria: Ter Stegen necesita minutos para volver a su nivel y recuperar opciones de entrar en la lista de Alemania para el Mundial, un objetivo que hoy no tiene asegurado.
Si el portero logra revalorizarse, el Barcelona decidirá en verano si darle continuidad —siempre bajo la sombra de Joan García, titular indiscutible para Flick— o buscar una venta definitiva.
¿Tercer portero en la Copa?
La próxima señal llegará el martes en el partido de Copa ante el Guadalajara. Flick deberá elegir entre Ter Stegen y Szczesny. Si el alemán vuelve a quedarse fuera, el mensaje será inequívoco: sería, de facto, el tercer guardameta del equipo.
















