El AD Ceuta puso el broche de oro a un 2025 para el recuerdo con una victoria de prestigio en Anoeta, un escenario exigente que suele marcar el verdadero nivel de los equipos. El triunfo ante la Real Sociedad B, uno de los conjuntos más sólidos como local de la categoría, confirmó que el excelente momento de los caballas va mucho más allá de una simple buena racha.
El contexto del encuentro realza aún más el mérito. Tras una jornada completa de viaje, combinando tierra, mar y aire, el Ceuta fue capaz de competir al máximo nivel y firmar un partido muy serio, demostrando fondo de armario y un estado físico y mental sobresaliente. No hubo fisuras en ninguna línea ni jugadores por debajo del nivel esperado. Todo lo contrario: el equipo volvió a reflejar la fiabilidad y el trabajo colectivo que ha caracterizado esta primera vuelta.
El conjunto dirigido por José Juan Romero mantiene una identidad muy definida: valentía, propuesta atractiva y una idea de juego reconocible. En Anoeta, además, apareció un factor decisivo que el técnico venía reclamando en las últimas semanas: la contundencia en las áreas. El Ceuta fue eficaz, supo castigar cuando tuvo ocasión y firmó, probablemente, uno de sus partidos más completos de la temporada.
La actuación cobra aún más valor por el momento en el que llega. Con las vacaciones a la vuelta de la esquina y el objetivo de la primera vuelta ya cumplido, el equipo no bajó el pie del acelerador. Compitió con ambición y lo hizo, además, sin Marcos Fernández, una de sus piezas clave. Su ausencia apenas se notó, reflejo del gran ambiente en el vestuario y de la competitividad interna del grupo. “Queríamos dar este golpe sobre la mesa”, reconocía José Juan Romero tras el encuentro.
Los números respaldan las sensaciones. El Ceuta alcanza los 29 puntos, con todavía dos partidos por disputar, registros que le colocan en ritmo de promoción y a solo un punto de los puestos de playoff. El equipo se marcha al parón consolidado como una de las grandes revelaciones del campeonato.
Más allá de los resultados, la sensación general es que el techo del Ceuta aún está por descubrir. Sin el músculo económico ni la trayectoria de otros proyectos, el conjunto caballa se ha adaptado de forma brillante a la categoría tras un inicio dubitativo. Hoy resulta difícil encontrar un equipo mejor trabajado. Son 29 puntos para enmarcar y un año para cerrar con orgullo, mirando ya a un 2026 cargado de ilusión tras el contundente 1-3 de Anoeta.


















