El Hospital Universitario de Ceuta ha dado un paso importante en el tratamiento de la incontinencia urinaria severa con la implantación de un esfínter urinario artificial que ha mejorado de forma radical la calidad de vida de un paciente ceutí de 69 años. El dispositivo, financiado por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) con una inversión cercana a los 9.000 euros, ha sido colocado con éxito por el equipo de Urología del centro hospitalario.
Hace dos años, Mohamed Jebari fue sometido a una intervención quirúrgica para extirpar un tumor de próstata. Como ocurre en la mayoría de estos casos, la operación dañó su esfínter urinario, provocándole una incontinencia que condicionó profundamente su día a día. El uso permanente de pañales, la dificultad para dormir y el impacto psicológico y social marcaron su rutina desde entonces. “Es un sinvivir”, resume su hijo, Elías, quien asegura que la reciente operación supone “un antes y un después” en la vida de su padre.
La intervención, realizada el pasado 16 de diciembre por los urólogos Vicente Diéguez y Ricardo Ribeiro, tuvo una duración inferior a una hora. Jebari es el segundo paciente de Ceuta al que se le implanta un esfínter urinario artificial, tras una primera operación realizada el pasado mes de junio. El paciente ingresó el día previo a la cirugía y recibió el alta al día siguiente, pudiendo abandonar el hospital por su propio pie.
El dispositivo implantado consta de tres componentes: un balón que almacena el líquido, un manguito colocado alrededor de la uretra que regula el paso de la orina y una pequeña bomba situada en el escroto. Esta bomba actúa como un interruptor manual que el paciente presiona para orinar. Pasados unos minutos, el sistema se cierra de forma automática, garantizando el control de la micción. El esfínter se activa seis semanas después de la operación, una vez completado el proceso de cicatrización, y tiene una vida útil de hasta 15 años.
Según explica el doctor Diéguez, se trata de una cirugía de unos 45 minutos que puede transformar por completo la vida de quienes sufren incontinencia urinaria severa y no responden a otros tratamientos. “En seis semanas el paciente tiene una visión totalmente diferente de la vida, con una mejora clara de su calidad de vida”, señala.
El especialista destaca también la apuesta de INGESA por adquirir el modelo AMS 800, de la compañía Boston Scientific, considerado el esfínter urinario más avanzado del mercado y responsable del 95% de los implantes realizados en España. Con más de 40 años de desarrollo y una amplia base de evidencia científica, la multinacional prevé organizar cursos en Ceuta para formar a otros urólogos en esta técnica.
Aunque no es una intervención sencilla y requiere gran precisión para evitar complicaciones, Diéguez subraya el enorme beneficio para los pacientes, tanto desde el punto de vista higiénico como emocional. La incontinencia, recuerda, provoca infecciones frecuentes, aislamiento social y un fuerte impacto psicológico. “Es mucho mayor el daño emocional que el físico. Por eso esta operación les cambia la vida completamente”, afirma.
El equipo de Urología del HUCE, completado por el doctor Mohamed Mqirage, confía en poder seguir recibiendo este tipo de dispositivos para atender a más pacientes con incontinencia severa. Además, esperan incorporar próximamente prótesis de pene para tratar la disfunción eréctil grave, una intervención que se realizará por primera vez en la ciudad autónoma. “Eso también es salud”, concluye el doctor Diéguez, quien reclama agilidad en los procesos de adquisición para seguir mejorando la atención sanitaria en Ceuta.














